En el año 2007 se inició un estudio de ámbito internacional, “Meaningful Brands”, para determinar el impacto global que generan las marcas. Desde entonces, se ha convertido en referente en el marketing de contenidos y sus resultados, presentados cada año, sirven de base a numerosos redactores freelance para abordar esta temática con datos fiables, actualizados y útiles, tanto para el productor como para el consumidor.
¿Cómo se determina el valor de una marca?
Una de las principales conclusiones del estudio presentado en 2015 es que aumenta la desconfianza de los consumidores hacia las marcas. Y se concreta señalando que tan solo una de cada diez marcas merece la confianza del consumidor en los países desarrollados. Ante estos resultados, hay que ir más allá y conocer qué es lo que aporta valor a una marca para poder determinar dónde radica esta supuesta pérdida de confianza del consumidor.
Una marca debe aportar valor y lo debe hacer generando unos beneficios a los que el consumidor otorga un peso determinado:
– El beneficio que otorga el propio producto o servicio y que es considerado como el más relevante. Aquí prima la calidad, la utilidad y que cumpla con lo que promete. En general, su peso es del 41% en el conjunto de la marca.
– El beneficio personal que aporta a cada consumidor y que le hace la vida más agradable, mejorando su bienestar. Su aportación a la marca es del 30%.
– El beneficio colectivo, lo que aporta a la sociedad y que se valora con un 29%.
Si cualquiera de estos beneficios se tambalea, la valoración de la marca cae y el consumidor prescindirá de ella, al no aportarle ningún valor. En conclusión, un modo de frenar esta tendencia es a través de la publicidad, al comprar contenido valioso, colgando contenido para el blog que recupere el valor de la marca pero siempre bajo la premisa de la honestidad.