Pese a que los objetivos de la publicidad siguen siendo los mismos, las formas del marketing de contenidos han cambiado mucho en los últimos años. Los empresarios encuentran una elevada competencia a la cual es complicado hacer frente y necesitan aportar al cliente un valor añadido y no solo eso, sino que deberán hacer llegar a su cliente potencial sus mensajes y optimizar al máximo su estrategia de branded content.
Internet ha supuesto una revolución y una ventana al mundo con infinitas posibilidades. Este nuevo cauce de comunicación implica tener presencia en la red, interactuar con un cliente cada vez más decidido y exigente con lo que solicita y comprar contenido para blog como una de las estrategias más interesantes. Para el éxito, una de las claves está en comprar contenido a redactores freelance. La otra clave es escuchar al cliente.
¿Cómo se trabaja la escucha activa de las empresas?
La interacción con los clientes y los datos resultantes de la misma serán las bases de cada proyecto. No se escatimará en la búsqueda de vías de contacto que permitan a la empresa conocer cómo sienten, piensan o sueñan los clientes y cuáles son sus deseos, quejas y necesidades. Cualquier información que sirva para mejorar los productos vale su peso en oro.
Los centros de atención al cliente ya no trabajan exclusivamente en el proceso previo a una compra, sino que mantienen el contacto con el consumidor en todo momento, les interesa saber lo que opina su cliente, en relación al producto adquirido y a la empresa e imagen que esta le transmite. Al mismo tiempo que se recogen datos útiles para el futuro, se está ganando la confianza del cliente facilitando la fidelización del mismo. Esta escucha activa del cliente consiste en:
– Comunicarse con el cliente, por el medio más cómodo para él, y conocer la impresión que este se ha llevado en su proceso de compra.
– Recoger y analizar toda la información, tanto cuantitativa como cualitativa, para formar una base de datos útil a la hora de perfeccionar o crear sus productos.
– Integrar toda esta información en manos de la empresa.
– Unificar, analizar y mostrar estos datos a la empresa para que trabaje con ellos en pro de los intereses de la marca.
La estrategia de marketing tradicional ha trabajado para generar en el cliente la necesidad o el deseo de adquirir los bienes o servicios que se producen. Sin embargo, en la actualidad los roles han cambiado. Ya no estamos ante un cliente receptor de mensajes que son lanzados por los vendedores, es un cliente que no solamente manda sino que también demanda. En base a sus inquietudes, las empresas programan las características de sus mercancías, las cuales nacen al servicio del consumidor, no viceversa.