Ahora las empresas tienen una razón más para comprar contenido, y es que el marketing de contenidos ha modificado los modos de hacer publicidad. Actualmente, existen dos maneras efectivas de hacer publicidad a una marca. Una de ellas es la publicidad tradicional u outbound marketing, que se caracteriza por ser agresiva e irrumpir en la vida del consumidor de forma violenta, sin aviso y tratando de sorprenderlo al máximo para captar su atención y conseguir que este no se olvide. Por otro lado, ha surgido una nueva publicidad, la conocida como inbound marketing y que actúa de una manera mucho más sutil, pero con resultados tanto efectivos, o incluso más, que el anterior y mucho más económico y duradero, aunque requiere de un poco más de paciencia.
Diferencias entre Outbound e Inbound Marketing
Outbound marketing
En el outbound marketing, la empresa paga para que sus anuncios sean mostrados a través de anuncios, vallas publicitarias, banners, ventanas emergentes, e-mail marketing y publicaciones spam, entre muchas otras formas tradicionales de publicidad. El usuario puede verse a menudo acosado por este tipo de publicidad.
Inbound marketing
Exige un trabajo mayor, ya que se basa en la colaboración y la complicidad del propio consumidor, ganada con esfuerzo, pero sus efectos duran más porque cala mejor en el consumidor. La publicidad aquí se basa en el ruido generado acerca de la marca, que se convierte en popular gracias al boca a boca y su debate y difusión en redes sociales y otros sitios.
No se trata de asaltar al consumidor, sino de aportar contenido de valor, mediante la interacción en redes sociales, discursos, webinars, video documentales, libros, sponsorización y otros eventos. A menudo, es útil combinar ambos tipos de marketing: el outbound para captar la atención y el inbound para consolidar la confianza, logrando con ambos mejores resultados.