El marketing de contenidos se ha mostrado impactante, sorprendente, emotivo, y ahora se ha vuelto eminentemente sensorial. Se trata de cautivar al receptor de una publicidad a través de los sentidos, despertar sensaciones variadas y, con ello, conquistarle para siempre. El secreto reside en que las sensaciones, que quedan grabadas por siempre en la memoria sensorial.
El color, el sonido, el olor, el tacto o el sabor: los cinco sentidos puestos al servicio de la publicidad
Muchas empresas recurren a esta estrategia de marketing que se ha mostrado sumamente efectiva. Para lograr resultados satisfactorios es necesario comprar contenido a profesionales del marketing y elaborar una estrategia acorde a la esencia de cada empresa y captar el punto débil del consumidor. Lo que persigue el marketing sensorial es influir positivamente en el consumidor despertando en él una percepción favorable acerca de un producto o servicio. El objetivo es que el consumidor asocie esas sensaciones agradables e inolvidables a la marca y se convierta en fiel consumidor de ella, haciéndola parte de sus momentos más emotivos. Esta comunicación ejerce un triple efecto, comenzando el primero antes de la compra, potenciando la marca; durante la compra, pues genera experiencias positivas; o tras ella, provocando que el consumidor nunca pueda olvidar la marca.
Cacaolat: un ejemplo de marca que ha triunfado con el marketing sensorial
La marca de batidos llevó a su máxima eficacia este tipo de marketing deleitando a las personas que esperaban el autobús mediante una marquesina térmica con olor a chocolate. Una grata experiencia para el olfato y para el tacto, ofreciendo calor en mitad del frío invierno. Encima de la parada había también una gran botella de Cacaolat que se veía desde lejos (marketing visual). Todo un ejemplo de marketing sensorial, donde la marca comunica y conquista al consumidor a través de los sentidos.