Estamos asistiendo a una progresión del fenómeno publicitario del marketing de contenidos, expresión que apela tanto a las propias técnicas de redacción de contenido por parte de los redactores freelance, como a las de distribución y posicionamiento del mismo.
La marca es un elemento nuclear en cualquier estrategia de comunicación de una compañía, cuyos responsables intentan dotar de personalidad a un producto a través de ella. Las técnicas de branding se caracterizan por el establecimiento de una conexión emocional con el consumidor y la transmisión de valores intrínsecos de la marca. En este orden de cosas, la alusión a imágenes de animales se enmarca dentro de una subcategoría conocida como marketing emocional, que interviene en la creación de logotipos de marca cuyo objetivo es el enganche del consumidor a una imagen íntimamente asociada a esta.
Cuando se incluye la figura de un animal en campañas de marketing de contenidos, dos son los motivos que impelen a hacerlo: la búsqueda de una asociación marca-animal y el intento de que la idiosincrasia de ese animal genere sensaciones favorables hacia la marca. En consecuencia, el branding conlleva un proceso estratégico donde se posiciona la marca, más allá del concepto del SEO en los motores de búsqueda por Internet y, adicionalmente, un proceso aglutinador de planes de marketing para que ese posicionamiento arraigue en la mente de los consumidores.