Las empresas saben que, ante la creciente proliferación de marcas, la competencia de mercado es cada vez mayor. Ante esta circunstancia, las técnicas de marketing tradicional ya no son suficientes.
En la actualidad, el consumidor se ha vuelto exigente y desconfiado porque tiene una amplia oferta en la cual elegir los productos o servicios que mejor le van y al precio más rentable para él y las condiciones más ventajosas.
Si, antes, el éxito del marketing de contenidos se fundamentaba en comprar contenido y asegurarse un buen contenido para blog, al contratar redactores especializados; hoy, el empresario sabe que ofrecer contenido de calidad ya no basta. Por eso, la estrategia se basa en “humanizar” la imagen corporativa. Para ello, se llevan a cabo estrategias de Event Management dentro de las estrategias de marketing de las empresas.
¿Qué es el Event Management?
El Event Management está enfocado en las relaciones de la empresa con el consumidor. Lo que se busca es un acercamiento entre ambos, de manera que se mejore la imagen de la marca, al tiempo que se logra afianzar la confianza del cliente y se obtienen pistas para saber cómo enfocar las futuras campañas y estrategias publicitarias en aras de captar nuevos clientes.
Esta estrategia se lleva a cabo mediante la organización de un evento que, normalmente, tiene como excusa, mostrar al consumidor un producto nuevo y darle la oportunidad de probarlo y opinar de él en primicia.
Se atrae al cliente a través del gancho de un producto novedoso que le interesa. Ahora bien, ¿cómo lograr que efectivamente le interese un producto? La clave reside en que el producto y la estrategia de comunicación vayan enfocados al cliente correcto. Es necesario segmentar el mercado.
Puede resultar tentador querer acaparar el mayor campo de mercado posible. Sin embargo, esto es tan tentador como ineficaz. Para asegurar el éxito, hay que conocer bien tres elementos:
– El alcance
– El target
– Los consumidores
El alcance recoge a todas las personas que son consumidores de medios de comunicación y que, por eso, están expuestas a recibir el mensaje publicitario. El trabajo de marketing debe perseguir crear un mensaje atractivo para captar su atención.
El target se refiere al segmento de mercado que puede ser cliente potencial del producto. Antes, hay que crear en él la necesidad de ese producto. Y en esto debe incidir el mensaje publicitario. Ya hay un público interesado, pero no solo es necesario que le parezca interesante, sino que se anime a adquirirlo.
Finalmente, destacan los consumidores que ya conocen la marca, es decir, los clientes. Para ellos, hay que ir un paso más allá. Ya conocen el producto, así que habrá que mejorarlo con alguna característica especial y nueva. En todo momento, se ha de trabajar con un mensaje atractivo y original.