Picasso decía que la inspiración existe, pero ha de encontrarte trabajando y buscar las ideas que han de servir de bases para crear es el primer paso de ese trabajo.
La calidad de la idea
Cuando el freelance escribe sobre algo que realmente le mueve o le interesa, algo en lo que se implica, esa implicación se ve automáticamente reflejada en un trabajo de mayor calidad.
La calidad de la idea tiene dos proyecciones: Por un lado, su externalización, el interés que puede suscitar en los receptores; y, por otro, su interiorización, la forma de sentirla por parte del escritor para hacerla suya.
Del grado de integración de las dos proyecciones depende que el resultado final del trabajo de los escritores autónomos sea algo brillante o un simple relleno correctamente elaborado.
Un trabajo organizado
La redacción es el negocio del escritor, para su propio medio o por su colaboración con otro. Es su medio de vida. La búsqueda de la idea, los temas sobre los que escribir y su estructura para expresarla son las primeras partes del trabajo y este ha de ser organizado.
Tres ideas básicas
Recoger ideas y planificarlas en un libro de temas
La investigación es la base de todo y el escritor ha de sumirse en esa investigación igual que lo haría un científico, anotando y planificando.
El trabajo es una gimnasia de la atención
El trabajo constante hará que nuestra mente se encuentre en un estado de atención permanente, receptiva a nuevas ideas que, de otra forma, pasarán por delante, inadvertidas.
Siempre estamos trabajando
Si la idea es la base y la atención es la herramienta para captarla, el trabajo del escritor es una constante, que puede estar más o menos relajada, pero presente en toda su actividad diaria.
Permanecer receptivos y anotar, en todo momento, lo que le interesa y puede ser de interés para otros.