Marketing de contenidos: ¿eres un spammer?

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Al comprar contenido de calidad a redactores especializados en alguna temática, bien para incluir como contenido para blog, o bien para potenciar una estrategia de marketing de contenidos, hay que tener en cuenta un factor: evitar caer en una excesiva automatización que pueda llevar a repetir con demasiada frecuencia un contenido, hasta el punto de que el usuario pueda considerar a la marca como spam.

Una aclaración: automatizar no significa compartir el mismo contenido de calidad en blog y redes sociales. A eso se le llama ahorro de tiempo -y de esfuerzo-. Cuando se habla de automatización provechosa en marketing online hablamos, por tanto, de reaccionar ante un usuario que ha mostrado cierto interés en los productos o servicios que vende la empresa.

Es en ese momento cuando hay que prestar especial atención y no caer en errores: si un usuario ha mostrado interés sobre un producto «x», de nada le valdrá recibir contenido -a través de correo electrónico o de redes sociales- que por mucha calidad que tenga, nada tenga que ver con ese producto.

[Tweet «Automatizar no significa compartir el mismo contenido en blog y redes sociales. «]

Por lo tanto, la automatización debe ser personalizada, es decir, ha de aportar valor con contenido relevante y de calidad sobre algo que realmente interesa al usuario. De otra forma, bombardeando con anuncios y ofertas que no le interesan, los correos electrónicos de la marca podrían ser tachados como spam y la empresa perdería una oportunidad de oro.

¿Cómo evitar ser spammer pese a automatizar en marketing?

Existen una serie de consejos que pueden ayudar a conseguir este objetivo:

No automatizar sin tener contenido relevante: si la empresa decide automatizar debe ser porque hay contenido de valor que quiere aportar al usuario.

Generar el interés adecuado en el usuario para incitarle a abrir el correo electrónico: ha de saber que lo que va a encontrar le aporta una solución o propuesta a su interés.

Crear una cadena temática que dé sentido a la automatización del contenido: si el interés del usuario es sobre teléfonos móviles, se puede crear un contenido «automatizado» que venga a complementar el contenido inicial. Es decir, si está interesado en una oferta de un móvil concreto podemos complementar su interés con información acerca de las mejores tarifas de telefonía. En definitiva, contenido relacionado con el interés del usuario y que a la vez lo sea para la empresa.

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Conocer al usuario: hay que medir los resultados que los envíos de contenido generan en el mismo. ¿Abre los correos electrónicos enviados por la empresa? ¿Lee el contenido que recibe? Si las respuestas son negativas la empresa debe preguntarse acerca de ese usuario: ¿qué le motivó a visitar la página web? ¿Qué es lo que realmente le interesa? ¿Precio? ¿Producto? ¿Servicios adicionales?

Resumiendo: automatización sí, pero lo más personalizada posible para que la marca nunca sea tachada como spammer.

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