Muchos podrían pensar que el marketing de contenidos ha llegado al agotamiento de sus recursos. Contar con redactores freelance a quienes comprar contenido ya no garantiza que el contenido para blog genere todo el éxito que un proyecto o empresa persigue. El objetivo sigue siendo el mismo: captar clientes y generar ventas.
Qué es el marketing lateral
Las estrategias han variado ligeramente para satisfacer las nuevas demandas. La publicidad, el marketing, en definitiva, la creatividad, tienen que explotar todo su potencial para llegar a la meta que es convencer a un público potencial que lo ha visto todo y que se siente abrumado por tanta oferta. Aquí es donde entra en juego el marketing lateral.
La base del marketing lateral es jugar con la imaginación. Dejarla volar hasta el infinito y que las ideas en principio más disparatadas vayan tomando forma. Todo es posible. Se trata de buscar las alternativas, de abrir el abanico de posibilidades y mostrar nuevos usos, ventajas y oportunidades de un producto o servicio.
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Un ejemplo muy significativo de marketing lateral es el de los yogures líquidos. Nacieron tras muchos quebraderos de cabeza buscando nuevos sabores que permitiesen ampliar la cartera de clientes de estos lácteos. Pero agotados los recursos decidieron llevar la invención por otros derroteros. En vez de centrarse obsesivamente en hallar sabores nuevos, lo cual era misión imposible, por obra de la inspiración se pensó por qué en vez del sabor no se jugaba esta vez con otra característica, naciendo así el marketing lateral.
Los pasos o alternativas del marketing lateral son cuatro: sustituir, invertir, combinar y eliminar. Cada opción se presenta como una novedad ventajosa para el consumidor con relación al producto o servicio. Para eso, ha habido que romper esquemas previos y costumbres. Gracias a la innovación, viene el triunfo.