En el digital marketing hay que ir con pies de plomo. Por eso, hay que repasar algunos trucos para que las campañas se salven del temido filtro.
Uno de los temores más extendidos entre los profesionales que practican el email marketing es que sus campañas o newsletters terminen acabando en la carpeta de spam de sus suscriptores.
Medidas directamente relacionadas con el receptor
– Permission marketing: el permission email marketing es la base de toda acción de email marketing. Tener permiso del receptor es la norma fundamental de toda campaña de email marketing o para recibir una newsletter. Se consigue contactando con el receptor con anterioridad y avisándole de que va a recibir campañas relacionadas con sus intereses (con la opción de elegir no recibirlas) o puede registrarse en la misma newsletter.
– Cuando haya accedido a que se le envíen publicidad o newsletters, no hay que esperar mucho tiempo a enviarle la primera comunicación o no se acordará de haberlas consentido y puede que sea marcada como correo no deseado.
– Al enviarle la newsletter o publicidad, hay que asegurarse de incluir de forma visible la opción de no recibir más comunicaciones de este tipo o cancelar su suscripción (unsuscribe).
Por las mismas razones que se han comentado, se recomienda no comprar ningún tipo de listas de suscripción.
Medidas directamente relacionadas con los filtros automáticos
– Crear el boletín en lenguaje HTML. Si se detecta un mail que tenga solo una imagen, este terminará indefectiblemente en la carpeta spam.
– No crear el correo con colores demasiado chillones y que induzcan a pensar en el correo no deseado.
– No incluir demasiados links dentro del correo.
– Personalizar el correo: no hay nada más elegante y próximo que recibir un correo que venga encabezado por el saludo y nombre de quien lo recibe. Es un dato que pasa muchas veces desapercibido para quien lo envía, pero muy agradecido por quien lo recibe, ya que denota conocimiento.
– Ponderar el uso de las mayúsculas. Muchas mayúsculas (sobre todo, en el título) crean alarma y recelos sobre el verdadero origen del mensaje.
– No usar frases como ”pincha aquí” u otras demasiado cortas ni escribir con un exceso de exclamaciones.
– Evitar palabras codificadas como spam: medicina, viagra, sexo, test, free, gratis, oferta… Sobre todo, en el título, puesto que los robots antispam harán su cometido.
– Aunque resulte curioso, es cierto. No hay que empezar el correo o escribir en el título frases como “este correo no es spam”.
Antes de proceder al envío masivo de correos, es útil hacer pruebas, aunque lleven su tiempo, y usar herramientas específicas para probar el contenido y formato del correo publicitario o de la newsletter. Un ejemplo de herramienta es Spam Assassin.