La narración tiene el poder de envolvernos y capturarnos. Desde niños escuchamos historias y cuentos. Después vemos películas que nos cuentan de otra manera esas historias u otras diferentes. Leemos libros y revistas que también cuentan historias. Todo nuestro cerebro está preparado para recibirlas, absorberlas e identificarnos con ellas. Ese es el poder que el marketing aprovecha a través del storytelling.
El poder del storytelling en el neuromarketing
Toda empresa tiene una historia que contar. Historias que una audiencia desea leer o escuchar y que le hacen conectar con la marca y asumirla como propia, como algo querido y apreciado.
Con el desarrollo tecnológico las fórmulas tradicionales de marketing con mensajes directos y agresivos han quedado superadas. El bombardeo constante y masivo de este tipo de mensajes ha llevado al usuario a un auténtico rechazo de los mismos.
Por otro lado, el gran potencial que la tecnología ha puesto a nuestra disposición con el análisis de datos y las herramientas inteligentes ha permitido estudiar otras fórmulas y experimentar con ellas hasta conseguir los resultados. De este modo, se han investigado otros caminos que permitiesen un nuevo acercamiento de las marcas a las audiencias aportando un valor que en lugar de agredirlas las atrajese.
El neuromarketing se centra en el estudio de cómo responde nuestro cerebro a las decisiones de compra, así como el viaje hacia la misma. Uno de los aspectos más sobresalientes que se descubrió a través de estos estudios fue la gran efectividad de alcanzar la inteligencia emocional del posible comprador y mejorar la imagen de marca a través de contenidos de valor con los que se identifica.
El storytelling tiene el poder de alcanzar ese objetivo tan ansiado en el marketing que denominamos engagement a través de contar historias que venden.
Qué entendemos por emocionar para mejorar la imagen de marca
Cuando hablamos de emocionar normalmente nos viene a la mente la imagen de alguien con un nudo en la garganta y a punto de escapársele las lágrimas. Sin embargo, la emoción no es solo eso y hay muchos tipos de emociones que podemos manejar a través de los contenidos.
Red Bull, por ejemplo, se caracteriza por su gran estrategia de marketing de contenidos y por ser una de las primeras compañías en explotar a fondo la narración y difusión de historias. En su estrategia trabajan con las emociones y el atractivo de la aventura, el riesgo y los retos.
Cuentan, para ello, las historias de sus patrocinados, pero también las experiencias de su público, los casos de éxito y las proezas protagonizadas a veces por deportistas profesionales y, en otras ocasiones, por gente normal y corriente.
Mejorar la imagen de marca contando historias
Dotar a la marca de humanidad es hacerla cercana y familiar para el público al que nos dirigimos. La historia que contamos tiene un sentido bidireccional. Por un lado, transmite a nuestro público unos valores que tenemos y por otro le dice que nos interesa conocerle mejor.
Cuando contamos una historia estamos incidiendo directamente en la inteligencia emocional del receptor y esto tiene el poder de fijarse en su memoria. Esta historia que ya le ha emocionado le hace regresar a por más y, a través de esta sucesión de historias con un hilo conductor narrativo, construimos la reputación y la imagen de la marca a la medida de nuestra audiencia.
Qué estructura debe tener nuestra narración
Cada historia que contamos en un post, un vídeo, una infografía o en un audio es igual para cualquier medio, ha de integrarse en un marco general que es la estrategia global definida por el storytelling.
Como cualquier cuento debe constar de tres partes:
– Un planteamiento general del marco y la situación.
– Una exposición del conflicto.
– Una solución al mismo.
Pero además, cuando hablamos de narraciones enfocadas a los negocios y al marketing hay un cuarto elemento que es de suma importancia: la llamada a la acción. Esta puede ser directa o indirecta y sus objetivos pueden ir desde conducir al receptor a la decisión de compra a recabar su opinión o hacerle que profundice en otros contenidos.
Un paso más allá en el storytelling
Pero aparte de todos los objetivos que hemos ido señalando, una buena estrategia de narración de contenidos desarrollará toda una estructura enfocada a provocar la interacción de la audiencia y a despertar, en cada receptor, la necesidad de compartir su experiencia.
Para ello, es muy importante contemplar estas cuatro fases:
1.- Conocer a la audiencia.
2.- Establecer un marco de la historia que conecte con la gente que compone esa audiencia.
3.- Introducir emoción, intriga y sensaciones.
4.- Brindar un consejo o moraleja que incite al receptor a desear compartirlo.
El storytelling debe ser el hilo conductor de la estrategia de contenidos. Por tanto, os animamos a vivir la experiencia de aplicar los conocimientos del equipo de Lowpost Active para desarrollar su hilo conductor en historias enfocadas a una audiencia y a obtener los mejores resultados para su marca.