Si hay una acción especialmente venenosa para tu posicionamiento en Google, esa es el plagio de texto. Una práctica que el buscador de buscadores sanciona tan duramente que, una vez detectado por sus algoritmos, más nos vale abandonar toda esperanza de obtener buenos resultados de posicionamiento SEO con la página en la que tal crimen se ha perpetrado.
Y es que el gigante tecnológico es, al fin y al cabo, una empresa cuyo fin es proveer a sus usuarios de los mejores resultados para una determinada palabra clave. Siendo conscientes de ello, cabe esperar que su reacción ante la duplicación de contenidos sea, cuanto menos, atómica.
Qué es el plagio y qué consecuencias negativas genera en el marketing online
La RAE define el verbo plagiar como la acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. No hay que confundirlo con la citación, práctica completamente legítima siempre y cuando se mencionen las fuentes de información utilizadas.
El plagio implica una usurpación flagrante de la identidad del autor de un determinado texto, y como venimos diciendo, es letal para el SEO de cualquier página.
Hasta aquí todo correcto, todo muy lógico. Normalmente al crimen le espera un castigo, pero la historia de la regulación del plagio en internet por parte de Google revela que la duplicación de contenido era el pan de cada día de los famosos SEO Black Hat.
Hábiles forajidos del teclado que, por pereza o ambición, recurrían al robo impune de propiedad intelectual con fines comerciales. O, en el mejor de los casos, duplicaban hasta la náusea un mismo artículo efectuando ligeras e insignificantes modificaciones en el título del texto, en los elementos meta… Cosa que acabó por bajar considerablemente la calidad de los contenidos de internet.
Para acabar con tal situación, Google tuvo que imponer su ley por las malas, endureciendo sus matemáticas. Concretamente a través de la creación del algoritmo Panda, encargado de velar por el mayor interés de Google: ofrecer contenido útil.
¿Qué consecuencias acarrea un copypaste con Panda? O en otras palabras, ¿cómo se las gasta Google tras el nacimiento de su benemérito algoritmo? Pues bien, existen básicamente tres grados de intensidad en cuanto a las sanciones que el buscador puede aplicar. En primer y más suave lugar figura el simple baneo, es decir, la desaparición de la página acusada de plagio.
Ninguna SERP (Search Engine Result Page) arrojará dicha web tras la búsqueda de palabras clave relacionadas con la misma, pero seguirá estando indexada. Parece el acabose, pero realmente no es tan malo como lo que ocurre cuando Google aplica el segundo grado de castigo: la punición directa, que contempla la posibilidad de borrar la página completamente. ¿Y qué le espera a los plagiadores cuando Google se cabrea? Una de las temidas penalizaciones manuales, esto es, una denuncia.
Herramientas disponibles para detectar los plagios
Pero que no cunda el pánico. El plagio no es realmente una amenaza si cuentas con la determinación de crear contenido original. Sin embargo, no está de más que conozcas algunas herramientas de detección de contenido duplicado, sobre todo para evitar plagios involuntarios, que los puede haber.
Plag.es
Una de las más usadas por creadores de contenidos en lengua española es www.plag.es, una herramienta que, previo registro, te permitirá escudriñar tu contenido para evitar caer en las fauces del Panda. Basta con subir el texto y la plataforma se encargará de contrastar su contenido con el resto de webs e incluso con libros.
Unicheck
Otra gran opción es sin duda www.unicheck.com, un detector que puede darse el lujo de fardar de ser usado por aproximadamente un millón de personas en 90 países distintos y por 1.100 instituciones académicas a nivel global. Puede ser manipulado desde Google Docs, cosa que resulta muy cómodo cuando trabajas con grandes volúmenes de palabras y poco tiempo.
Scribbr
Siguiendo con los más excelentes detectores de plagio, nos topamos con www.scribbr.com, una herramienta que a pesar de ser usada sobre todo por estudiantes de todo el globo, resulta especialmente útil para aquellas webs muy cargadas de contenido similar entre sí. Esto se debe a su comprobador de fuentes propias, que previene al webmaster de incurrir en autoplagio. Eso sí, esta característica extra no es gratis.
Grammarly
Probablemente hayas visto en los anuncios que www.grammarly.com publica en Youtube que esta herramienta se dedica a evidenciar errores gramaticales en lengua inglesa. Es cierto pero, además, posee en su código un detector de contenido duplicado bastante potente.
La cuestión es que solo detecta contenido escrito en inglés, así que si tus páginas web constan de una versión con traducciones a este idioma, puede ser una opción doblemente interesante, pues podrás detectar plagio al mismo tiempo que corriges la gramática, estilo y ortografía de tus textos.
Realmente, todos los detectores cuentan con motores de rastreo muy similares. La cuestión es usar uno, el que sea, y no obviar esta importante función que todo copywriter debe incluir en su flujo de trabajo: la detección de plagio de texto y contenido duplicado.
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